Seguramente que durante este mes os voy a bombardear de recetas navideñas.
Intentaré daros muchas ideas para que endulcéis vuestra mesa.
Este fin de semana fijo que pongo el árbol para ir ambientado la casa.
El árbol es un símbolo que ya los pueblos antiguos adoraban y veneraban como si fueran los
representantes de la naturaleza, y muchos festejos del año tenían al árbol como protagonista.
Los celtas festejaban al roble, los vikingos al fresno y los romanos hacía protagonista de sus
Saturmalias (eran como la navidad y el carnaval juntos en la época romana) al pino. Para ellos el
árbol era la resurrección de los dioses y la vida eterna a través de la naturaleza que siempre esta viva.
El árbol de navidad es una herencia de estos rituales, que fueron cristianizados y acabaron cediendo
esta función al abeto que, actualmente tenemos en casi todas las casas durante las navidades.
Ingredientes:
- 300 g de harina integral.
- 250 g de mantequilla.
- 140 g de azúcar.
- 1 huevo grande.
- 3 cucharadas de café soluble.
Elaboración:
Comenzamos separando unos 40g de mantequilla de los 250 g, la deshacemos a fuego suave y
echamos tres cucharadas de café soluble, lo mezclamos y reservamos.
Mezclamos el resto de la mantequilla junto con el azúcar y el huevo.
Añadimos la mezcla de mantequilla con café y mezclamos todo bien.
Por último echamos en dos tandas la harina vamos integrándola bien y cuando tengamos una bola de
masa la envolvemos en film y la metemos en la nevera durante 30 minutos.
Sacamos la masa de la nevera y espolvoreamos la mesa de trabajo y el rodillo con harina.
Extendemos la masa y con distintos cortapastas de motivos navideños vamos haciendo las formas y
las ponemos en una placa de horno cubierta con papel de horno.
Precalentamos el horno a 180ºC y las metemos a cocer durante 12 minutos o hasta que esten doradas.
Espero que os animéis a hacerlas.
Besos, Bea.
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